Por mi parte he visto pasar, robos en plena autopista
francisco fajardo en caracas, Venezuela. Intimidación con pistola en mano a mi
persona, carteristas en acción en rambla Cataluña en Barcelona, España, numerosos
ancianos en la calle y niños sin hogar, estos entre Venezuela y España. Pero lo
de hoy me sorprendió y se suma mi listado de lo nunca antes visto, al menos por
mí.
Saliendo del supermercado un anciano particular, bien vestido, un reloj de
marca, combinado de pies a cabeza con un elegante pullover sostenido en su
cuello de forma apropiada y acorde al clima otoñal que apremia. Una cajera de supermercado
paciente, pero a mi parecer desprevenida o carente de malicia, deja pasar el
aparentemente vacío carrito de supermercado del suntuosos sr. Confiando en su
palabra de que lo que está a la vista es lo que pagará.
Yo sin embargo tuve mis dudas. Dos
segundos después llegó el que manda y se dirige al educadísimo sr. X solicitándole que muestre el restos de los productos que,
efectivamente, no había pagado.
--- Sr.
esto también se paga…
--- sonreído y sin
aspavientos el Sr. X respondió: se me coló.
No "police", no show, no escándalos
oficiales…. Nadie dijo nada, como se disculpó sonriente, sacó su tarjeta de crédito
y pagó el resto.
Sí, me sorprende el robo
descarado en un país del primer mundo y más
hecho de hacerlo por simple ocio. Tampoco justifico el robo por necesidad pero
tendría más sentido y la vergüenza extendida nos lleva a preguntarnos ¿qué
diablos pasa en el mundo? pero al presenciar algo así ante un personaje con
desbordante cache me hace pensar que ser caradura no es penado y es que al parecer la excusa perfecta es
asumir el legendario ¡ups!
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