Por la consiente necesidad de herirme
Cuando no basta el resto del mundo
Te sientas, me siento y vomito palabras hirientes y
recuerdos distorsionados de historias revueltas
Que de tantas acumuladas la única que duele y rebosa eres tú.
Me detengo y me doy cuenta que peleo contra el viento, pero sangro y me rompe.
Es tan afilado como decidido, la dirección que sigue traspasa
paredes y todo a su paso
Cuando se supone que yo soy una tramontana… me acechas y en
velocidad me ganas
Da igual la vergüenza de esbozar amor, desperdiciado, desparramado
Corriendo por las alcantarillas de esta ciudad.
Al final todo sale al mar donde pertenezco
No hay comentarios:
Publicar un comentario